lunes, 19 de abril de 2010

ESTRENO DE MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

Este pasado sábado, 17 de abril, tuvo lugar el estreno de Mucho ruido y pocas nueces, la célebre comedia de W. Shakespeare.
El estreno contó con un público entregado y muy motivado que siguió con atención la representación de los doce intérpretes.
El próximo 1 de mayo la Asociación representará la obra en Peligros.

domingo, 11 de abril de 2010

El Grupo Teatral de la Asociación participa en la entrega de premios del Certamen de teatro "Dramaturgo José Moreno Arenas"

Este pasado viernes 9 de abril, el grupo de teatro de la Asociación El Torreón de Albolote, participó en el acto de entrega de premios del Certamen de teatro "Dramaturgo José Moreno Arenas".
El acto fue presentado por Marta Nievas, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Albolote. También intervino el célebre dramaturgo alboloteño, José Moreno Arenas que dedicó unas palabras al público y comunicó el fallo del jurado.
El primer premio en la categoría de teatro breve y el primer premio en la categoría de teatro mínimo recayeron en Antonio Tabares.
La primera lectura dramatizada estuvo a cargo de nuestro grupo teatral. Nuestro Grupo interpretó "Lo que tú y yo siempre habíamos deseado para nuestra vejez", obra premiada en la categoría de teatro breve y en ella participaron Alicia Sierra (Carmen), Norberto Castillo (Manolo), Antonio Fernández (El Vecino), Julio López (Amigo), Francisco Zarza (Padre) y Encarni Gómez (La Chica). La dirección fue de Laura López y al frente de la música, como siempre, estuvo Lola del Río.
Alumnos de la Escuela de Arte dramático de Málaga dirigidos por Carmen Ruíz Mingorance, interpretaron una obra de José Moreno Arenas, "El currículo". En ella cabe destacar la participación de Juan Vinuesa, actor alboloteño.
Por último, el grupo de teatro Teatreves realizó la lectura dramatizada de la obra premiada en la categoría de teatro mínimo "El Sicario" cuya dirección corrió a cargo de Carmen Ruíz Mingorance y estuvo interpretada por Mario Soria (Sicario) y Juan Vinuesa (La Víctima).
Una gran tarde en la que se celebró el teatro por todo lo alto.

El grupo teatral de la Asociación representa "Mucho ruido y pocas nueces" en el Centro Penitenciario de Albolote


El pasado viernes, 9 de Abril de 2010, el Grupo Teatral El Torreón representó "Mucho ruido y pocas nueces" en el Centro Penitenciario de Albolote.

Fue una experiencia única con un público totalmente entregado que disfrutó de la obra y acogió muy generosamente a todo el grupo.

Al finalizar la representación, Juan Hidalgo, subdirector del Centro Penitenciario, entregó un regalo dedicado a la Asociación. Una pieza de madera en la que un interno había grabado el cartel de la obra. Un magnífico regalo que la Asociación ha agradecido profundamente.

Desde este espacio queremos agradecer la calurosa acogida, el trato dispensado por el personal del Centro y sobre todo la entrega de un público que nos hizo disfrutar en todo momento.

Gracias.

martes, 6 de abril de 2010

LIBRE (Sexto texto homenaje Día internacional de la mujer)

Mis pies desnudos pisan las hojas mojadas. Acaba de llover, el bosque huele a humedad. Una capa de musgo lo recubre, se ha vestido para recibir al invierno. Debo ir con cuidado para no resbalar. Apenas noto la lluvia mojando todo mi cuerpo.
Es noche cerrada pero la luz de la luna me permite avanzar con seguridad, se filtra a través de los árboles y traza mi camino. Avanzo por dónde noto sus rayos blancos, es lo más seguro, así me lo enseñó mi madre. Puedo oír su voz alentándome a cada paso “no tengas miedo, nunca tengas miedo del bosque”. Ahora entiendo sus palabras. Ahora más que nunca entiendo sus recelos.
Llevo encerrada en un agujero sucio más de cuarenta días. Dos hombres me apresaron justo cuando empezábamos a cosechar. Supe de inmediato que no regresaría jamás a mi aldea. Oí los gritos desesperados de aquellas almas que habían sido mi familia, las manos de mi hermana tratando de sujetar las mías, el llanto de mi hija y el suspiro roto de su padre. Casi pude percibir cómo se le rompía el alma y le miré, apenas un segundo, tratando de infundirle el ánimo que a mí misma me faltaba. Pero no sirvió de nada. Y con esas voces en mi memoria avancé obligada por aquellos hombres que me arrastraron por el sendero que conduce a la ciudad.
Me metieron en aquel agujero, pequeño, sucio y maloliente. Y me dejaron a solas con el recuerdo de todo lo que acababan de arrebatarme. Y entonces comprendí porqué mi madre había huido dejándonos solas a mi hermana y a mí. Y entonces supe porqué mi madre no le tenía miedo al bosque. Me concentré en encontrar la manera de salir de aquel agujero.
Vino a verme un hombre de dios, un fraile de piel mortecina y amarillenta. ¿Mis pecados? Que yo sepa ninguno, salvo el no asistir a los oficios religiosos, pero es que la gente de las aldeas apenas si acudimos a la ciudad. ¿Dios?, Claro que creo en Dios, pero no en los hombres, ni siquiera en los suyos (eso no se lo dije). ¿Bruja? No, yo no invoco al diablo para obtener curaciones, yo utilizo las plantas, como hacía mi madre y la madre de mi madre, así se ha hecho siempre. No sé si recibí las aguas del bautismo ¿y mi hija? Apenas tiene dos años, pensaba hacerlo un día de estos, cuando viniera a la ciudad.
Cerraron la puerta tras esta visita y luego ya no hubo nada, salvo el ruido de las pisadas de las ratas. Apenas me daban agua y algún trozo de alimento sucio y putrefacto. Y ese olor que impregna todos y cada uno de los días que pasé en ese agujero. Ya estaba condenada. Me ajusticiarían cualquier día, estaba segura.
Pero he salido del agujero. Un guarda ebrio me llevó el agua y olvidó cerrar la puerta. Salí tan rápido que el hombre no pudo atraparme. En mi camino debí cruzarme con un par de personas que huyeron aterrorizadas. Llevo cuarenta días encerrada, sin comer, sin asearme, no me atrevo a imaginar mi aspecto. Y ahora troto libre por este bosque, con la lluvia corriéndome por todo el cuerpo, llena de luz de luna, sin resbalar por el musgo que recubre su piel desteñida. Definitivamente ese hombre de dios no se equivocaba, debo ser una bruja. No vacilé al decidir el camino y ahora soy libre.
No sé dónde estoy, no sé a dónde voy, solo sé que nunca en mi existencia me he sentido tan completa, tan libre. Sigo corriendo guiada por la luz blanca de una luna que no puedo ver. Y casi me topo con la respiración de ese ser magnífico, gigante, oscuro. Ese ser que contempla mi huída con una sonrisa torcida. Debe llevar un buen rato observándome y debe estar sorprendido. Por primera vez una presa corre a su encuentro…
Seas lo que seas, oso, lobo o engendro del demonio, al menos no eres un hombre.

Autora: Laura López Martínez